Tips para disminuir la violencia contra la mujer
Hay que empezar a cambiar actitudes y conductas para superar estereotipos.
Cecilia De Alba Narváez
Comisaria de Familia
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, conmemoración que se realiza para contrarrestar el machismo mundial, que es el gran fenómeno social y ancestral que ha generado siglos de historia de discriminación contra la mujer en todo el planeta.
El machismo o androcentrismo coloca al sexo masculino como el centro de todo, el varón superior a la mujer, dominador y discriminador. Pero esto no significa que solo los varones asumen estas conductas machistas, lamentablemente las mismas mujeres también reproducen estas conductas vulneradoras, y de manera inconsciente alimentan esta cultura sexista y maltratadora.
Las mujeres criadas históricamente, desde el hogar para no ser “unas fracasadas”, con una disposición para ser buenas esposas y buenas madres, renunciando a su propia libertad y crecimiento personal en función de sus hijos y su familia; convirtiéndose en las reproductoras naturales de un patrón cultural que le infiere al varón más importancia en la sociedad, la familia y en la relación de pareja.
Para lograr una revolución estructural en estas relaciones sociales desiguales, es la misma mujer, quien tiene que coger el sartén por el mango, y quien debe aprender a ver el mundo con otros ojos y lanzarse sin temor a cambiar esas actitudes estereotipadas, que muchas veces las hacen más machistas que los propios hombres.
Y no es que se afirme que la mujer tenga la culpa, sino que el cambio cultural debe hacerse desde la cuna, porque el hogar y la escuela juegan el papel fundamental de formar a los individuos y la mayoría que asume esta tarea, son mujeres.
Cambiando actitudes y conductas para superar estereotipos
Para superar estos estereotipos hay que cambiar muchas actitudes y conductas que se asumen de manera cotidiana, como las siguientes situaciones:
-No reprimir los sentimientos de los niños varones, hay que dejarlos llorar.
-Hay que permitir que los varones jueguen con las niñas y viceversa. No solo comprar juguetes de muñecas y “ollitas” a las niñas. Ellas también hacen deportes, manejan carros y son buenas en los juegos electrónicos.
-A los niños también hay que darles responsabilidades caseras y enseñarles a cocinar, tender la cama, lavar, etc.
-Respetar y apoyar los hobbies o aficiones de las niñas por los deportes fuertes como el fútbol, boxeo, gimnasia, pesas, etc.
-Inculcar por igual, normas a niños y niñas, que los hagan independientes como llevar el jabón, la pasta o toalla al baño, buscar su ropa y llevarla al cesto para lavar, preparar su cama y lustrar sus zapatos.
-Respetar y apoyar la vocación de los niños hacia profesiones tradicionalmente consideradas femeninas como son la enfermería, modistería, trabajo social, y de las niñas a las que les gusta la mecánica, conducción, arquitectura, etc.
-Promover en las niñas la elaboración de su propio proyecto de vida, incluyendo su desarrollo productivo o profesional como un aspecto fundamental en su vida.
-Enseñar a las niñas a ser seguras de si mismas y saber decir que no, cuando no deseen hacer algo.
-Las niñas también deben cargar paquetes y usar sus manos para abrir y cerrar puertas.
-Enseñar a las niñas que los gastos familiares y de pareja deben ser compartidos. Si él desea asumir todos los gastos, ella aporta con la responsabilidad del cuidado de la casa y educación de los niños, esto tiene su valor productivo y social. O viceversa, ella trabaja fuera y la cuida la familia.
-En las decisiones familiares se debe escuchar a todos los hijos por igual, y a todos se les deben establecer las mismas reglas y horarios, sin preferencia de sexos.
-No fomentar en los hijos varones la promiscuidad y la infidelidad, como señal de masculinidad.
-No inculcarles a las niñas la idea equivoca que su felicidad depende del príncipe azul, sino de su capacidad para enfrentar la vida. Porque la felicidad depende de si misma y no de otro.
*Inculcar en las niñas que la belleza interior vale tanto como la apariencia física.
-Cambiar la creencia cultural que las niñas son por naturaleza débil y servil y los niños fuertes y responsables de todo. Porque tanto niños y niñas deben ser fuertes, atentos y responsables.
-Respetar en los hijos su opción de vida de conformar familia o no y de seleccionar libremente su preferencia sexual.
Tenemos que brindar ejemplo
Pero lo más importante para una formación en equidad de los hijos es brindarles un ejemplo de relaciones igualitarias y esto se facilita con el estilo de relación de pareja que sus padres les presenten:
-Empieza mujer por atender tus propios intereses (estudios, trabajo, hobbies), defender y sustentar tus propias opiniones, creencias y conocimientos personales cuando éstos difieren de los de tu pareja.
-No dejes de lado tus relaciones sociales y familiares solo porque él los desaprueba.
-No te dejes tratar como si fueras una niña consentida, loca o desubicada.
-Aprende a prepararte a vivir sola para que te sobrepongas si la relación llega a su fin, ni te vuelvas excesivamente complaciente para mantenerlo atado a ti, ni pienses que jamás podrás volver a enamorarte; porque te será traumático desengancharte algún día, si hay la necesidad.
-No te sientas culpable si la relación deja de funcionar, piensa que esta es de dos. Ni te pongas a esperar que el algún día cambie su conducta de infidelidad permanente.
Aprende a ponerle un límite a las conductas de tu pareja que te desagradan o te hacen sentir mal. Porque empieza por agredirte sicológicamente, luego llegan las palabras fuertes, gritos y por último te pone la mano no para acariciarte sino para hacerte daño. ¡Aprende a decir que no!